
A veces levantarse por la mañana no es tan duro. Amanecer entre estos espectaculares cayos y comprobar que eres el único velero en el fondeo, es uno de los privilegios de vivir en las Islas San Blas. Hemos empezado el día saltando por la borda para disfrutar de un baño antes del desayuno.
Como método para desperezarse no está nada mal, pero imagina si, además, nadas entre peces y corales multicolores, mantas y estrellas de mar, en los veinte minutos que dura el baño. No sólo tienes la sensación de estar inmerso en un acuario privado, sino que te sientes muy afortunado por disfrutar de uno de los escenarios más fantásticos del Caribe!